El corcho, el guardián de los buenos vinos. El vino, una bebida que ha sido apreciada por siglos, guarda secretos más allá de su exquisito sabor. Cada botella es un universo de cuidado y conservación que se logra gracias al corcho, el cual emerge como un protagonista silencioso pero fundamental.

La función principal de el corcho es preservar el vino en óptimas condiciones durante su almacenamiento. Actúa como un escudo contra el oxígeno y los agentes desagradables como bacterias y moho, permitiendo que los vinos alcancen la madurez deseada. El corcho se obtiene de la corteza del alcornoque, árbol que prolifera en zonas con climas suaves que cuentan con muchas horas de sol y humedad, se necesitan alrededor de treinta años para producir corcho y ocho años para regenerarse y volver a darlo. España y Portugal son los primeros países productores de corcho a nivel mundial.

“Es importante poner las botellas en posición horizontal para que el vino esté en permanente contacto con el corcho para que éste no se rompa y cumpla perfectamente con la misión que se le ha encomendado. Cuando abramos una botella deberemos fijarnos en que el corcho salga entero ya que esto nos muestra su buena calidad, sin grietas y manchados sólo en la zona que ha estado expuesta al vino”, afirma Alejandro Pinilla, experto en vinos y sommelier.

 Corchos, un universo de variedades.

Existen gran variedad de corchos como parte fundamental de una excelente conservación del vino. A continuación te explicamos cuales son:

NATURALES: Son los fabricados de una única pieza del alcornoque. Deben ser uniformes y sin orificios, conocidos como lenticelas. Son ideales para conservar vinos de larga duración, como reserva o gran reserva.

AGLOMERADOS: Están fabricados de distintos trozos de corcho unidos entre sí por poliuretano. Son los utilizados para los vinos espumosos. También se emplean en vinos jóvenes y en crianzas.

EL CORCHOS PARA VINOS ESPUMOSOS: Son los característicos del tipo seta que están confeccionados a partir de un aglomerado de corcho aunque en ocasiones se usan tapones tratados con parafina. Este último no se utiliza con mucha frecuencia ya que la parafina le aporta al espumante notas de cata desagradables.

 SINTÉTICOS: Elaborados con polímeros sintéticos. Este tipo de corcho es muy empleado en vinos jóvenes.

 TAPÓN DE ROSCA O SCREW CAP: Son metálicos y tienen una rosca. se emplean en los vinos generosos y vino jóvenes ya que estos no necesitan respirar, también se utilizan por temas ambientales ya que el corcho de alcornoque está en vía de extinción, son muy frecuentes en los vinos del “nuevo mundo”. La tapa rosca también facilita el servicio del vino y el copeo gracias a que su sistema de sellado es más hermético.

Cada tipo de corcho cuenta una historia única, refleja la diversidad y la evolución en el mundo del vino. Desde los clásicos corchos naturales hasta los innovadores tapones de rosca, la elección del tapón se convierte en un arte en sí mismo, influenciado por factores que van desde la tradición hasta la sostenibilidad ambiental.

Parece simple, pero el corcho emerge como un guardián del vino, asegurando que cada botella sea una experiencia digna de ser recordada.